Podría sentarme en la mesa al calor de mi familia, esperando la cena, deliciosa, suculenta, que nos deje saciados a todos de manjares y compañía.
Podría sentarme a charlar con mis hijos, con mi pareja, con mis hermanos.
Podría llevar a mis nietos a dormir después de cenar, contarles un cuento y arroparles para que no sientan el frío de la noche.
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