Siempre en el mismo tramo de la misma estación. En ningún otro sitio. Siempre cuando el minutero señala que han pasado y veinticinco.
Ni sabemos de dónde venimos, ni sabemos a dónde vamos.
De vez en cuando me gusta llegar tarde;
que esa sonrisa de buenos días, tímida pero buscada y encontrada; se venga conmigo lo que queda de camino.
que esa sonrisa de buenos días, tímida pero buscada y encontrada; se venga conmigo lo que queda de camino.