martes, 23 de agosto de 2011

Segunda Parte. ¿Buena?

La inutilidad de la negación. No vale para nada dejarlo de lado si es al lado donde quiere tenerlo. El futuro se presenta con el antojo de su boca, y es inalcanzable en el momento en el que tiene que plantearse seguir queriéndo a ratitos, en silencio, que no se entere el mundo.

Se aparece como el susurro de un secreto que se proclama al mundo entero cuando sus ojos se cruzan, que se miran como se mira al más grande de los tesoros.

Se buscan solo para encontrarse y esconderse dentro, donde estén tranquilos, donde puedan darse todo lo que necesiten, que se pidan el cielo y se regalen el universo.

Y quererse con todas las consecuencias, con todo lo que implique entregarse en cuerpo y alma, rendirse a sus caricias, y que si el mundo se tiene que acabar ahora que se pierdan en la inmensidad de sus abrazos.

Lo que más miedo me da es tenerte, eso significa que puedo perderte.

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